EL REVUELO

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Por Daniel Bello

Hace unas semanas se completó finalmente la compra de twitter por parte del hombre más rico del mundo, Elon Musk, y que tuvo un idea y vuelta de varios meses.

La operación significó el desembolso de cuarenta y cuatro mil millones de dólares que se realizaron a pocas horas de vencerse el plazo pactado inicialmente entre las partes para concretarse.

Durante los meses previos, Musk esgrimió un sinfín de ideas, proyectos y promesas sobre lo que sucedería cuando él asumiera el control de la red social digital, por ejemplo, dijo que twitter había restringido con demasiada frecuencia la libertad de expresión y, siendo «la plaza pública» del mundo, necesitaba colocar la libertad de expresión por encima de todo y que esa sería su premisa.

A esa idea de proteger la libertad de expresión, le sumó la de señalar a los medios de comunicación siendo ellos los culpables de que no pueda desarrollarse el periodismo ciudadano; también se preguntó ¿cuántas cuentas reales había en twitter?

En ese sentido, hace unos días solo le bastó tuitear dos emojis que sugerían el fin de los bots para encender la esperanza de millones.

Sin embargo, por ahora la cuestión relacionada con los bots y cuentas falsas ha servido para instalar la idea de que las cuentas deberán pagar y así certificarán que son reales, influyentes o institucionales.
A tenido tal éxito, que la idea inicial de pagar 20 dólares, que terminó en torno a los 8 billetes verdes, ya no se discute por qué hay que pagar para acceder sino que se discute cuánto.

Hay que tener en cuenta algunos datos sobre twitter para dimensionar cuánto significaría ese «son solo 8 dólares” que esgrimen muchos defensores de la idea.

A enero de 2022, en el mundo, los usuarios pasaban poco más de 5 horas mensuales en dicha red –primero se ubicaba youtube y luego facebook con 23,7 y 19,6 respectivamente- y se estimaban que mensualmente había activos unos 345,5 millones de usuarios. En nuestro país, se estima que casi 6 millones de argentines utilizan twitter.

“A solo 8 dólares”, sólo en nuestro país, parece un negocio muy rentable…

¿El pájaro está libre?

Cuando asumió el control de twitter, Musk tuiteó: “El pájaro está liberado”.

Luego de hacer un mediático ingreso con un lavatorio de manos a las oficinas de twitter, Musk tomó dos decisiones: en pos de «colocar a twitter en un camino sano» despidió a 3700 de los 7500 trabajadores que tenía la empresa -entre los despedidos estaban el ex CEO Parag Agrawal, el ex director financiero Ned Segal y la ex directora jurídica Vijaya Gadde -, con esto terminó de disolver el directorio y se erigió como el “único director”. Y arancelar la verificación de cuentas.

Sobre la decisión de los despidos, a los días, se envió una nueva carta a algunos de los miles de despedidos aduciendo que había habido un error y debían reincorporarse.
Un disciplinamiento que no dista mucho del que realizó en nuestro país el vaciador de medios públicos, Hernán Lombardi.
Respecto a la certificación de cuentas, se suponía que el pago para verificar entraría en vigencia en la actualización del 5 de noviembre que tuvo la app, pero la catarata de cuentas fake verificadas que generaron una andanada de situaciones inverosímiles, como tener hasta un Jesucristo “verificado”, la hizo entrar en stand by.

En torno a las decisiones de Musk, cabe recordar dos cuestiones:

Respecto a la tilde azul, twitter ya había tomado cartas en el asunto cuando la presencia de Juan Guaidó, el autoproclamado, irrumpió en la vida política de Venezuela. En aquella ocasión twitter le otorgó la tilde azul –como realizó Instagram y Wikipedia– inmediatamente y con esa acción, Guaidó pasaba a ser una cuenta verificada, una cuenta institucional.

Por otro lado, el día previo a la compra, Musk publicó una carta destinada a los anunciantes en la que especificaba que Twitter no podía convertirse en un infierno de todos contra todos donde cualquiera podía decir cualquier cosa sin consecuencias.

Cuando ocurrió el golpe de Estado en Bolivia –del que se cumplió recientemente un nuevo aniversario- Musk había tuiteado: we will coup whoever we want! deal whit it. («¡Golpearemos a quién queramos, manéjalo!”).
Al buscar el tuit de Musk ( https://twitter.com/elonmusk/status/1286866843307737088 ), su cuenta nos devuelve un amigable: Esta página no existe. Intenta hacer otra búsqueda. Y nos avisa que el contenido fue eliminado.

Tal vez, el dato sobre los 436,4 millones de usuarios a los que potencialmente pueden alcanzar los anunciantes a través de twitter ayuda a entender porque Musk borra con el codo lo que escribe.