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CONTEXTO EN AMÉRICA LATINA
Por Miguela Varela
Más temprano que tarde, el aborto será legal en Argentina y en América Latina. Pero para que esto se cumpla tendremos que seguir en las calles reclamando por nuestros derechos. ¿Por qué es importante que se sancione la ley en Argentina? No sólo para las mujeres que vivimos acá, sino porque seremos un faro para el resto de los movimientos feministas regionales. Aún en los contextos locales más difíciles donde la derecha conservadora, los grandes medios de comunicación y la Iglesia católica tienen un fuerte poder de lobby para impedir este derecho, los movimientos de mujeres han demostrado que es posible avanzar, de una vez por todas, en más democracia.
Aborto en América Latina
Si bien América Latina tiene una legislación heterogénea sobre la interrupción voluntaria del embarazo, en líneas generales, se trata de un conjunto normativo restrictivo.
En Perú, donde la tasa de maternidad adolescente no baja del 13%, el aborto terapéutico se legalizó en 1924. Sin embargo, muchxs médicxs se oponen a practicarlo ya que no existe un protocolo a seguir en los hospitales públicos. Recién en el año 2005, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas exhortó al Estado de establecer un protocolo médico para el aborto terapéutico.
El caso de Bolivia es diferente, ya que aún existen restricciones, pero que en 2017 se atenuaron. A partir de ahí, es posible abortar en caso de violación, cuando la salud de la madre está en riesgo, si se trata de una estudiante o si ya tiene a su cargo niñxs, adultxs mayores o personas con discapacidad. Algo similar sucede en Brasil, Colombia, Ecuador y Argentina donde sólo la legalización rige para algunas excepciones.
El ejemplo brasilero ilustra con claridad el poder de influencia de la Iglesia en los cuerpos de las mujeres. Si bien la práctica es legal en caso de violación o estupro, en el año 2009, una niña de apenas 9 años quedó embarazada de gemelos después de ser violada por su padrastro. Ante el peligro de muerte de la niña, los médicos decidieron realizar la interrupción del embarazo. Como consecuencia, tanto la niña como su madre fueron objeto de excomunión por parte de la Iglesia.
También existen casos de los más restrictivos como en El Salvador o Nicaragua donde el aborto es ilegal en cualquier circunstancia, aun cuando la mujer corre peligro de muerte, con penas de prisión de hasta 30 años.
Uruguay es la excepción regional donde el aborto es legal desde el año 2012, y donde se ha logrado reducir la tasa de mortalidad materna según un estudio publicado en la revista médica International Journal of Gynecology and Obstetrics en 2016. Cuba y la Ciudad de México recorren el mismo camino, donde se permite el aborto sin restricción en las primeras doce semanas de embarazo.
Será ley en toda América Latina
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Guttmacher, dedicado a investigar cuestiones vinculadas a la salud reproductiva en el mundo, entre 2010 y 2014 se produjeron en todo el mundo 25 millones de abortos peligrosos, un 45% del total de los abortos registrados. De ese total de abortos peligrosos, el 97% se produjo en países en desarrollo de África, Asia y América Latina. Como contra cara, donde la práctica es legal como en Europa occidental y en América del Norte, la cantidad de abortos es reducida y son más seguros.
Por otro lado, el Informe “Aborto y Derechos Reproductivos en América Latina: implicaciones para la democracia” de la ONG internacional Centro de Derechos Reproductivos, muestra algunas conclusiones esclarecedoras: “la imposición de restricciones legales sobre el aborto no reduce la probabilidad de que las mujeres busquen este servicio de salud reproductiva. Por el contrario, las leyes restrictivas obligan a las mujeres a arriesgar su vida y su salud al recurrir a abortos inseguros. De hecho, América Latina tiene el número proporcional más alto de mortalidad materna como resultado de abortos inseguros en el mundo. Se estima que 2.000 mujeres latinoamericanas mueren cada año por causa de abortos inseguros”.
De esta forma, observamos que los sectores que cuestionan la legalidad del aborto no lo hacen con el afán de proteger vidas, sino de restringir los derechos de las mujeres. Al respecto, Macarena Sáez, miembro del Comité Ejecutivo de la Red de Académicos Latinoamericanos en Género, Sexualidad y Derecho y profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, expresó: “Las mujeres han luchado para participar en la democracia, pero el derecho al voto no es la definición completa de la democracia. Hay derechos más complejos que tienen que ver con el debido proceso. El derecho al aborto tiene que ver con eso”.
Argentina es el espejo en el cual muchos países latinoamericanos miran a la hora de conducir sus luchas feministas. Ya lo vimos con el impulso de Ni Una Menos, y lo vemos ahora con las demostraciones de solidaridad ante un día tan importante como el 13 de junio. América Latina será toda feminista.