Haití:
ASESINAN AL PRESIDENTE DE FACTO MOÏSE
Por Oscar A. Martínez
Hoy en horas de la madrugada fue asesinado en la Residencia Presidencial, a quemarropa, el presidente de facto del país caribeño Jovenel Moïse.
En el magnicidio también resultó herida de gravedad la primera dama que continúa internada y en estado crítico. El hecho había sido realizado por un grupo comando que logró sobrepasar todos los mecanismos de seguridad del jefe de Estado. Todavía no está muy claro ni la autoría ni el motivo y nadie se adjudica públicamente la acción.
Hasta el mediodía solo había un escueto comunicado del primer ministro informando de lo sucedido.
En horas de la tarde se dio a conocer el decreto del Estado de Sitio y la suspensión de todas garantías y derechos ciudadanos por 15 días y la total autorización a las fuerzas de seguridad para la búsqueda y detención de los atacantes.
Recién en horas de la noche el primer ministro Claude Joseph acompañado del director de la PNH (Policía Nacional Haitiana) comunican en conferencia de prensa la detención de dos sospechosos y llaman a la población a respetar el Estado de Sitio.
Hasta aquí la información oficial que circula por los medios internacionales en general.
Urge una contextualización.
El 7 de febrero había terminado el mandato constitucional de Jovenel Moïse, y desde ese día y hasta la fecha la Republica de Haití está sufriendo un gobierno de facto, avalado por EEUU, los grupos económicos concentrados del país, y el aparato represivo en connivencia con las bandas criminales que en los últimos 4/5 años han crecido exponencialmente al amparo del gobierno de Jovenel Moïse, en capacidad armamentística como en control territorial sobre todo de la ciudad capital, Puerto Príncipe. Estas fuerzas parapoliciales son las que las mayorías de las veces reprime las movilizaciones y protestas, cuando la PNH se ve desbordada.
Jovenel Moïse tenía un fuerte rechazo popular y serias sospechas de connivencia con las bandas criminales, así como denuncias de malversación de fondos públicos y narcotráfico, siendo él mismo uno de los mayores empresarios del país en el rubro exportaciones e importaciones.
Desde el 7 de febrero pasado intento legitimarse en el poder a través de dos convocatorias a referéndum constitucional y en ambas ocasiones fue rechazada y tumbada la propuesta con enormes movilizaciones populares tanto en abril como en junio, y, de hecho, fue tanta la presión popular que el Consejo Electoral hace unos días atrás lanzo la convocatoria a elecciones para todos los cargos desde presidente, pasando por diputados y senadores, hasta los cargos locales.
Recordemos también que el Congreso se encuentra cerrado desde el año 2018 y sus integrantes ya están con los mandatos vencidos y estaba gobernando los últimos años mediante decretos solamente.
Un gobierno de facto impopular, fuertemente cuestionado y con fuertes protestas, solo se mantenía con el aval político de EEUU y el silencio cómplice de las demás naciones, y con el incremento de las violencias en el país a manos de las bandas criminales que continúan la ola de secuestros y masacres y como la de hace una semana atrás que se cobró la vida de un periodista y una activista feminista, ambos abiertamente opositores al ilegal gobierno de facto así como de una decena de personas más, todas en una misma noche.
Es repudiable el magnicidio, sí. Pero no convirtamos en mártir a un gobernante de facto.
Mientras tanto se viven momentos de zozobra e incertidumbre y se espera como será la reacción popular a partir de mañana y cual será el nivel de acatamiento del pueblo haitiano del vigente Estado de Sitio y cuales serán los pasos a seguir por las organizaciones populares, los partidos políticos de la oposición y las organizaciones de la sociedad civil que venían cuestionando fuertemente al gobierno de facto.
La propuesta de salida es ya ampliamente conocida y tiene el aval de la mayoría de la población, elecciones libres y soberanas, sin el tutelaje ni la injerencia de ningún Estado extranjero.
Son los haitianos y haitianas quienes deben decidir quiénes llevaran adelante los destinos de su país.
En esa lucha desigual pero heroica se despertará mañana nuevamente el país caribeño, veremos en las próximas horas y días como se desarrollan los acontecimientos.
Hoy más que nunca es necesaria la solidaridad internacionalista con Haití y con su pueblo, exigiendo se respete su soberanía y se permita a sus habitantes elegir libremente su propio destino.
De lo que podemos estar seguros es que ningún haitiano está dispuesto a tolerar una nueva intervención militar en su país, como se presume que se está preparando en el Consejo de Seguridad de la ONU y la embajada norteamericana el terreno, a solo 24 horas nada más del asesinato del presidente de facto Jovenel Moïse.
Oscar A. Martínez
Militante Internacionalista de Nuestramerica MP en el Frente Patria Grande.
Puerto Príncipe, 7 de julio de 2021.