#MundialFemeninoDeFútbol
ARGENTINA PERDIÓ, PERO LA ESPERANZA SIGUE INVICTA
Por Amadora Pajolchek
Ya en la noche francesa, mientras caía la tarde en Buenos Aires, la selección femenina de fútbol enfrentaba su segundo partido contra Inglaterra, por el grupo D del Mundial de Francia, en el Stade Océane (Le Havre Alta Normandia).
Nuestra selección presentó un esquema similar al que ofreció el lunes pasado frente a Japón, fuerte en defensa, intentando cerrase para evitar las llegadas. Sin embargo, las jugadoras inglesas encontraron los espacios suficientes en el área para llegar de manera continua al arco argentino. Sin embargo, en la valla argentina se encintraron con una mujer de experiencia y seguridad, Vanina Correa, nuestra arquera que tapó todos los embates ingleses y atajó un penal en el primer tiempo.
Argentina fue imprecisa en los pases y dejó muchos espacios libres, quizás el cansancio físico se hizo sentir en el segundo tiempo y llegó el gol inglés. Argentina intentó llegar en algunas jugadas, Banini, la mayor creadora de juego, fue reemplaza en el segundo tiempo por Mariana Larroquette. Seguramente para darle algo de descanso a la 10, con miras al próximo encuentro con Escocia.
Fue fundamental la figura de Vanina Correa, segura y atenta en todas las llegadas, hablando con sus compañeras y arengando todo el partido. Vanina tiene 35 años, en 2010 dejó el fútbol cansada de las trabas y el destrato. Se quedó en Rosario trabajando, junto con sus familiares y amigues. Vanina, junto con su pareja de ese momentos, tenían el deseo de ser madres. Luego de ser madre de dos mellizes, en 2016, recibió un llamado de Carlos Borrello (DT de la selección femenina), pidiéndole que estuviera en el equipo. Vanina volvió al fútbol y a la selección para estar presente en este mundial, que sabía sería histórico.
Parte de la historia que están escribiendo estas mujeres tiene que ver con la historia de lucha personal de cada una, sobre lo que pasaron y cómo vivieron para llegar a este lugar. Nada está escrito en el mundo del fútbol y estas gladiadoras están decididas a dejar el cuerpo y el alma en la cancha para lograr lo imposible, que solo tarda un poco más.