TERMINÓ LA PESADILLA: BELÉN QUEDÓ FINALMENTE EN LIBERTAD

 

 Por Sol Santalucía


“Corresponde aplicar en el caso la absolución de la acusada por el beneficio de la duda, dada la carencia de certeza en cuanto a la existencia del hecho y autoría»,
así fue el fallo de la Corte Suprema de Justicia para Belén, la joven condenada a ochos años de prisión por un aborto espontáneo en marzo de 2014 en Tucumán.

Tras permanecer encerrada por más de dos años, los vocales del máximo tribunal de la provincia: Daniel Posse, Antonio Estofán y Antonio Gandur, establecieron en agosto pasado su libertad hasta tanto se resolvieran las dudas del caso.

A casi cinco meses de su libertad, los tres vocales decidieron absolver a la joven, cuestionaron la investigación del caso y la sentencia de la Sala III a ocho años de prisión. Para los jueces, no se pudo establecer si la muerte del niño fue consecuencia de una conducta criminal, natural o accidental y tampoco se logró saber si era suyo el bebé encontrado y autopsiado.

«Yo no sabía que estaba embarazada, ¿Dónde están las pruebas que digan que yo soy una asesina?», resonaban las palabras de la joven ante el Tribunal.

El caso de Belén tuvo todas las puertas cerradas desde el principio, excepto la que la llevó a su defensora, Soledad Deza que, además de enseñarle cuáles eran sus derechos, logró que la Corte atendiera el caso. Inmediatamente el mismo se mediatizó y obtuvo el apoyo de agrupaciones políticas y feministas y de gran parte de la sociedad en las diversas marchas que se hicieron bajo la consigna: «Libertad para Belén». 

El aborto espontáneo sucedió en la guardia del Hospital Avellaneda, en dónde fue denunciada por los médicos que la atendieron acusada de haber matado a su hijo recién nacido por lo que fue detenida y enjuiciada inmediatamente. Así de rápido, con el dedo acusador de La Sala III de la Cámara Penal, integrada por Dante Ibáñez, Rafael Macoritto y Fabián Fradejas, se encontró culpable a la joven a quien condenaron a ocho años de prisión.

En los casi tres años que estuvo presa, Belén se las bancó todas, una tras otra: la culpabilización, la denuncia por parte de los médicos que la atendieron, la injusticia por ser mujer, la justicia encubierta de absurdos machismos, el patriarcado de fondo aplaudiendo el fallo y las voces de los fieles susurrando el pecado concebido. Se las bancó todas hasta cuando salió a la calle y le cerraron las puertas a cualquier trabajo por sus antecedentes, pero hoy se pregunta: «¿Quién me va a devolver los tres años que pasé encerrada?” y ella, como todos, no tenemos ninguna respuesta. Entonces ahí vuelve la impotencia y festejamos su libertad con un nudo en la garganta.

Seguimos exigiendo: ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO YA porque no queremos más mujeres presas.